Estimulación cerebral Tdcs
Muchos de nuestros lectores nos han dicho que han encontrado recursos en línea con los esquemas eléctricos para construir su propia estimulación transcraneal de corriente directa, un dispositivo tDCS de bricolaje por alrededor de 20 a 25 dólares en materiales. En última instancia, nos preguntan si recomendaríamos este método para empezar de forma barata.
Fabricar cualquier dispositivo eléctrico, especialmente un tDCS que se conecta a la cabeza, requiere un nivel de destreza y conocimientos. No es cuestión de conectar simplemente una batería a los electrodos. Al fin y al cabo, está en juego tu cerebro. Estas son algunas de las cosas que pueden ocurrir si te sumerges en un proyecto de bricolaje para fabricar un dispositivo tDCS.
Si no eres un profesional, aléjate de ese soldador. Es demasiado fácil quemarse. Por muy precavido que seas, o por muy gruesos que sean los guantes que lleves, lo cierto es que los accidentes ocurren constantemente. Un soldador puede quemarse gravemente y dejarte cicatrices con las que tendrás que vivir el resto de tu vida.
Uno de los mayores errores que pueden costarte la vida es utilizar el voltaje incorrecto. Aunque pienses que todo lo que tiene que ver con los miliamperios es demasiado débil para causar un daño grave, es mejor que lo pienses de nuevo. Utilizar un voltaje incorrecto puede, literalmente, quemar tu cerebro y causarle daños importantes. Un error infinitesimal en la configuración del voltaje puede suponer un problema gigantesco no sólo para ti, sino para toda tu familia.
Kit de bricolaje Tdcs
Coge una batería, conecta unas resistencias, un multímetro y unos electrodos. Coloca los electrodos en tu cráneo y enciende la batería. Y ya está, estimulación cerebral tDCS en casa. Suena como una especie de técnica de tortura de sitio negro, pero mucha gente está comprando o construyendo estos sencillos dispositivos por razones tan diversas como mejorar ciertas habilidades de pensamiento o aliviar la depresión.
La primera vez que Nathan Whitmore se electrocutó el cerebro, tenía a un amigo de la universidad preparado para tirar del cable en caso de que le diera un ataque. Eso no ocurrió. En lugar de eso, Whitmore empezó a experimentar con las descargas de electricidad, y le gustaron los efectos. Desde aquel primer intento cauteloso, se ha convertido en un usuario frecuente y defensor de los estimuladores cerebrales caseros.
Según el lugar en el que coloca los electrodos, dice Whitmore, ha ampliado su memoria, mejorado sus habilidades matemáticas y resuelto problemas antes intratables. Este joven de 22 años, investigador en un laboratorio de neurociencia del Instituto Nacional del Envejecimiento en Baltimore, escribe programas informáticos en su tiempo libre. Cuando se coloca un electrodo en un punto de la frente, su cerebro entra en un “estado de flujo”, dice, en el que las soluciones de codificación complicadas aparecen sin esfuerzo. “Es como si el ordenador se programara a sí mismo”.
Estimulación eléctrica del cerebro
La neurotecnología se denomina estimulación transcraneal de corriente directa, o tDCS por sus siglas en inglés. En su forma más sencilla, el método consiste en un dispositivo que utiliza poco más que una pila de 9 voltios y unos electrodos para enviar una corriente eléctrica de baja intensidad a una zona concreta del cerebro, normalmente a través de unos auriculares.
En la última década se han publicado más de 1.000 estudios en revistas especializadas que sugieren los beneficios de esta técnica -tal vez la regulación del estado de ánimo o la mejora de las habilidades lingüísticas-, pero sus efectos, buenos o malos, no están nada claros.
Aunque los investigadores ven posibilidades para la tDCS en el tratamiento de enfermedades y el aumento del rendimiento, sigue siendo una tecnología exploratoria, dice Mark George, editor jefe de Brain Stimulation, una revista líder en neuromodulación. Y los principales expertos han advertido contra el uso doméstico de estos dispositivos.
“Si logramos descubrir aplicaciones seguras a largo plazo, es tan barato que podríamos utilizarlo para potenciar montones de cosas”, dice George, profesor de la Universidad Médica de Carolina del Sur. “Pero tengo que subrayar que podríamos… aún no lo sabemos”.
Mejor dispositivo tdcs 2022
Comenzó hace más de una década, cuando ingenieros y aficionados empezaron a entusiasmarse con una tecnología eléctrica improvisada que supuestamente mejoraba la función cerebral. El movimiento sigue creciendo, y los “zappers” cerebrales ya no son sólo jóvenes aficionados al garaje, sino que ahora incluyen a profesionales de más edad que pagan cientos de dólares por sistemas portátiles de alta calidad. A medida que los científicos, los médicos y los líderes de la industria estudian estas fascinantes pero controvertidas prácticas de alteración de la mente, una cosa está clara: la idea de aplicar una corriente eléctrica en el cuero cabelludo para potenciar el aprendizaje o tratar afecciones médicas en la comodidad del propio hogar está ganando adeptos. Pero, ¿funciona?
Esta forma de intentar hackear el cerebro -conocida como estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS)- no es tan descabellada como podría parecer. El cerebro funciona con electricidad. Las células cerebrales acumulan cargas que impulsan señales químicas a través de las sinapsis, los pequeños espacios entre las neuronas. Cuando aprendemos algo, las sinapsis implicadas se condicionan para disparar más fácilmente, y la tDCS supuestamente mejora ese proceso. Las diminutas corrientes eléctricas que utiliza la tDCS -generalmente de uno a dos miliamperios- no pueden desencadenar realmente el impulso químico que atraviesa una sinapsis, pero algunos investigadores creen que la tDCS refuerza las conexiones sinápticas para que el aprendizaje sea más eficaz. Pequeños estudios de laboratorio sugieren que puede mejorar la vigilancia y los tiempos de reacción. “La combinación de la tDCS con el entrenamiento convencional es más rentable”, afirma Marom Bikson, profesor de ingeniería biomédica del City College de Nueva York.