Estimulo interno y externo ejemplos

Ejemplos de estímulos internos
¿Qué le ocurre a nuestro cuerpo en un día frío de invierno? Si no llevamos suficientes capas de ropa de abrigo, lo más probable es que empecemos a temblar. Al temblar, nuestro cuerpo trabaja para mantener una temperatura constante cuando la temperatura exterior es baja.
Los cambios en la temperatura exterior son detectados por nuestro sistema nervioso, que incluye receptores en nuestra piel. Estos receptores envían una señal a la parte del hipotálamo de nuestro cerebro. El hipotálamo envía una señal al sistema muscular para que los músculos se contraigan y relajen rápidamente, provocando que nos estremezcamos en un intento de producir calor corporal. Además, los músculos lisos del sistema circulatorio se contraen para contraer los vasos sanguíneos, reteniendo el calor corporal para que la piel se mantenga caliente. El sistema nervioso también envía señales para que instintivamente nos acurruquemos al máximo para acercar todas las partes de nuestro cuerpo. Este comportamiento sirve para exponer menos superficie para que se escape menos calor de nuestro cuerpo.
Si a un organismo vivo le ocurre algo que afecta a su estado normal, se inician procesos para restablecerlo. La regulación del entorno interno de un organismo para mantener y equilibrar las condiciones necesarias para la vida se denomina homeostasis. A través de la homeostasis, los sistemas corporales de los organismos mantienen sus condiciones características. Partes del sistema nervioso y del sistema endocrino se dedican a mantener la homeostasis, y su acción está coordinada por el hipotálamo. Las condiciones que se regulan para mantener la homeostasis son las siguientes:
Ejemplos de respuesta a estímulos internos
La respuesta a los estímulos es cualquier acción realizada por un sistema biológico tras detectar una variación en su equilibrio homeostático a través de estímulos. Las respuestas suelen ser acciones correctivas que contrarrestan el cambio restableciendo el equilibrio en el caso de los bucles homeostáticos de retroalimentación negativa. Sin embargo, en los bucles positivos, menos comunes, una respuesta puede aumentar el desequilibrio creando una cascada de eventos repetitivos.
La termorregulación es un ejemplo de mecanismo de respuesta a los estímulos. En un entorno frío (estímulos de baja temperatura), los vasos sanguíneos de los seres humanos se contraen (vasoconstricción) para aumentar la retención de calor, mientras que en un entorno caliente (estímulos de alta temperatura), los vasos sanguíneos se dilatan (vasodilatación) para aumentar la pérdida de calor.
Las células responden a los estímulos mediante efectores orgánicos. Las señales de los centros de control del sistema nervioso y endocrino dirigen a los efectores, como las células de los músculos o los vasos sanguíneos, para que respondan a los estímulos y garanticen la homeostasis. Los distintos estímulos son detectados por diferentes receptores repartidos por todo el organismo.
Ejemplos de estímulos internos en marketing
En los animales, esta vía de acontecimientos requiere tres tipos de nervios. Las primeras señales las reciben las neuronas receptoras. Se trata de células especializadas que captan la información y envían señales al cerebro a través de los nervios aferentes. El segundo tipo de nervios se llama neuronas de relevo. Las neuronas de relevo se ramifican a partir de los receptores entrantes hacia las partes del cerebro donde se produce la integración de la información. El cerebro interpreta la información y toma una decisión sobre cómo responder. Cuando se determina la respuesta, un tercer tipo de nervios, llamados nervios eferentes, se utilizan para transmitir las señales a los músculos u órganos del cuerpo para solicitar una respuesta.
Homeostasis y estímulosLa gente suele hablar del equilibrio de la naturaleza y de cómo todo debe permanecer en armonía. Pero tu cuerpo también forma parte de la naturaleza y tiene su propio equilibrio. No estamos hablando de mantenerse erguido o en equilibrio sobre una cornisa. No, se trata de un tipo de equilibrio diferente. Este tipo de equilibrio se llama homeostasis. La homeostasis es la propiedad de los sistemas biológicos en la que las cosas se controlan para mantener las condiciones internas estables e invariables. Por ejemplo, su cuerpo debe mantener una temperatura de 98,6 °F, la saturación de oxígeno en la sangre debe permanecer entre el 95% y el 100%, y su sangre tiene que mantener un pH entre 7,35 y 7,45. Si estas cosas cambian, aunque sea ligeramente, pueden causar problemas importantes dentro del cuerpo. Incluso un aumento de la temperatura de 1 °F se considera elevado, y basta con una temperatura de 100,4 °F para que se considere fiebre. El cuerpo también necesita estar a salvo y protegerse para mantener la homeostasis. El cuerpo mantiene la homeostasis respondiendo a los estímulos. Estas complejas respuestas hacen que el cuerpo vuelva rápidamente a su estado habitual. Si no lo hicieran, estaríamos constantemente con fiebre o sintiéndonos mal. Veamos cómo responde el cuerpo a los estímulos que pueden afectar a su homeostasis.
Ejemplos de estímulos externos
En fisiología, un estímulo[1] es un cambio detectable en la estructura física o química del entorno interno o externo de un organismo. La capacidad de un organismo u órgano para detectar estímulos externos, de modo que pueda producirse una reacción adecuada, se denomina sensibilidad (excitabilidad[2]). Los receptores sensoriales pueden recibir información desde el exterior del cuerpo, como los receptores del tacto que se encuentran en la piel o los receptores de luz en el ojo, así como desde el interior del cuerpo, como los quimiorreceptores y los mecanorreceptores. Cuando un receptor sensorial detecta un estímulo, puede provocar un reflejo a través de la transducción del estímulo. Un estímulo interno suele ser el primer componente de un sistema de control homeostático. Los estímulos externos son capaces de producir respuestas sistémicas en todo el cuerpo, como en la respuesta de lucha o huida. Para que un estímulo sea detectado con alta probabilidad, su nivel de fuerza debe superar el umbral absoluto; si una señal alcanza el umbral, la información se transmite al sistema nervioso central (SNC), donde se integra y se toma una decisión sobre cómo reaccionar. Aunque los estímulos suelen hacer que el cuerpo responda, es el SNC el que finalmente determina si una señal provoca una reacción o no.